b e n c h o m o @ t e r r a . e s


martes, 20 de diciembre de 2011

LAS SERPIENTES EN EL MITO


                                              
 Guayre Adarguma*

Amado nieto Altakay:  En cuanto a tu consulta sobre el tema de las serpientes en sus aspectos simbólicos y espirituales pienso que es una cuestión que habitualmente no es bien conocida en la denominada cultura occidental, y mucho menos en la que se desarrolla en nuestro entorno geográfico por razones obvias.

Como te dije anteriormente, es posible que alguna especie de estos ofidios hayan arribado a nuestro archipiélago, especialmente a las islas más orientales en balsas de vegetación hace ocho o diez mil años cuando el Sahara era una inmensa sabana y sus ríos desembocaban en la costa del continente a poca distancia de nuestras islas.

También es posible que hayan arribado con el equipaje de algunos de los varios contingentes de población llegados a las islas desde hace más de tres mil años (extremo éste no muy aceptado por la “ciencia” oficial y oficialista.) Su extinción en nuestras islas, al igual que la de algunos roedores y lagartos gigantes cuya existencia están debidamente documentadas, es posible que se deba algún cambio climático brusco, erupciones volcánicas etc., o lo que es más probable, que debido a las hambrunas que cíclicamente azotan a nuestra Matria, estas especies fueran perseguidas, cazadas y consumidas hasta su total extinción.

(Marín de Cubas no habla de las apariciones de las Tibisenas en figuras de pavos y otros animales domésticos supuestamente desconocidos para los antiguos canarios)

En todo caso, hasta la fecha la paleontología no ha registrado hallazgos de fósiles de serpientes en el archipiélago.

Concretándonos un poco más en  tu consulta veamos: Con la pérdida de la confianza en los sistemas religiosos denominados mayoritarios el ser humano ha quedado suspendido de forma momentánea en un abismo, huerto de los mitos que daban significado a la existencia. Rodeado por un mundo mecánico, que les es cómodo pero a la vez hostil, ha emprendido un camino de búsqueda: se ha convertido en un buscador.

Este nuevo marco espiritual que anhela es el de un mundo renovado y sin dogmas, que rescata lo más autentico de las antiguas religiones y a la vez abrirse a la inocencia de la existencia, aspirando a una cosmovisión en la que pueda danzar con el resto de la creación.

Estos aspectos de la espiritualidad que se nos ha hecho olvidar por las imposiciones dogmáticas de determinadas religiones, se niegan a desaparecer de nuestro intelecto y se han acomodado en nuestros genes, de ahí que muchos seres humanos al vernos obligados a asumir unos planteamientos espirituales, morales y religiosos impuestos la más de las veces por la fuerza y no mediante la aceptación libre por el razonamiento y la comprensión de los dogmas predicados, hace que nos sintamos espiritualmente huérfanos, o como hijos adoptados, lo cual en nuestro fuero interno nos induce a buscar incansablemente a nuestra madre “biológica” como único medio de sentirnos plenamente realizados como seres humanos, consiguiendo así la estabilidad emocional, psicológica y espiritual que nos permita estar en armonía con nuestros próximos y con el universo.

Desde que el hombre tomó conciencia de su capacidad de raciocino-querido nieto-, ha sentido una inevitable fascinación por las serpientes convirtiéndolas en objeto de veneración o demonificándolas, en todo caso nunca ha le ha sido indiferente. Al observar la vida de este singular reptil y ver como adquiere nueva vida en la primavera- como el resto de la naturaleza-, cambiando completamente su piel todos los años, se asoció a la serpiente las ideas de sabiduría, rejuvenecimiento, fertilidad, salud y prosperidad.

Si te parece bien vamos a dar un somero repaso en torno a algunas culturas que de una manera u otra han prestado especial interés hacía estos ofidios.

Como sabes, la serpiente es uno de los animales preferidos por su simbolismo, apareciendo en todas las religiones y civilizaciones, ya sea en forma benigna o maligna, dependiendo la concepción que de la misma tenga la religión predominante en cada pueblo y en cada época histórica. En casi todas su simbolismo tiene que ver con la regeneración, la vida y la muerte, hecho que se asocia como te he dicho con la muda permanente de su piel, como cambiando el "envase" pero no la esencia.

El estudio de la serpiente como animal "religioso” me hizo llegar a la conclusión de que al estudiar la Historia de las Religiones era necesario profundizar en el estudio de los pequeños animales que suelen acompañar a los dioses, en la sospecha de que, aunque el nombre la divinidad cambie, a través de las culturas, los animales que las acompañan o cuya forma adoptan, completa o fragmentariamente, pueden darnos la “pista” de la continuidad o no de las funciones sobrehumanas de las divinidades que esos animales suelen representar.

En estas notas por razón espacio no pueda darte una relación exhaustiva de todas las divinidades que conocemos relacionadas con las serpientes, tanto en el mundo clásico europeo como en el ámbito del Próximo Oriente y Egipto, África, Asia y América, por ello me limitare a facilitarte alguna notas en torno a las culturas más significativas.

Parece que este animal lo significa todo, tanto la vida como la muerte. Y el ouruboros o serpiente que se muerde la cola haciendo un círculo, como  devorándose, acción que implica la renovación incesante del ser cósmico que se nutre de sí mismo, es el símbolo del Universo o la eternidad , con un sentido cósmico originario, según Deonna, de Oriente.

Veamos lo que en relación al caduceo nos dice la investigadora Estelle Nora Harwit Amrami: “El caduceo es uno de los símbolos más antiguos. Se podría conocer mejor este símbolo como la estructura del ADN y la sanación usada por la profesión médica.

Desde la antigua Mesopotamia, el caduceo presentó dos serpientes entrelazadas (el sistema nervioso central) alrededor de un bastón (la espina dorsal) con las alas (el “cisne”) en ambos lados (los dos hemisferios del cerebro, con el círculo en el centro que representa la glándula pineal, o la Sol central y centro psíquico interior). También simbolizó la energía del kundalini.

Éste era originalmente el símbolo para el creador dios Anunnaki-Sirio, EA, o EN.KI (quién se ha vuelto un Arquetipo), quien era el jefe de los magos, “aquel que sabe,” e infame por ser la serpiente del Jardín de Edén que creó  formas de vida en tubos de probeta hace un millón de años junto con su media hermana Ninharsag, a sugerencia de su hijo, Marduk, de crear a los humanos para ser los obreros de los dioses. (El símbolo también está basado en el globo alado representando el planeta Nibiru, el símbolo de la familia real Anunnaki.)

Por suerte, la herencia del caduceo se mantuvo viva. En algunas versiones el bastón es representado con un disco solar o incluso con una luna creciente. Nisaba, una de las hijas de Enki, también sostuvo a un bastón similar cubierto con un “ankh”(cruz egipcia). Para algunos, el bastón simbolizó a Hermes/Mercurio.

Para quien estuviera familiarizado con las tradiciones de la Diosa de los mundos primitivo, antiguo y oriental, reconocerá equivalente bíblicos, sin lugar a dudas. Sin embargo, no son pocas las transformaciones que sufrieron estos relatos, alterándose en muchos casos el significado original. Por ejemplo, en el episodio de Eva y el árbol, nada se dice respecto a que la serpiente que se le apareció y le habló era una deidad con derecho propio, que había sido adorada en Levante algo así como unos siete mil años antes de la composición del libro del Génesis. En el museo del Louvre hay un jarrón fechado alrededor del 2025 a.e.a. que se corresponde con una manifestación sumeria tardía de este consorte de la Diosa , que llevaba el nombre de Ningizzida, “Señor del árbol de la verdad”. En esta pieza, se observan también dos dragones alados (leones-pájaros) y dos serpientes copulando, entrelazadas en una vara a la manera del caduceo del dios griego del conocimiento y el renacimiento, Hermes.
Como te he dicho anteriormente, incluso en la Biblia aparece este juicio: “ Moisés hizo una serpiente de bronce y la colocó sobre el polo. Y cuando una serpiente atacaba a un hombre, sí éste contemplaba la serpiente metálica, no moría”.
Según Hernán Toro: “La reinterpretación de Mitos previos para hacerlos casar con textos y conceptos más recientes es la herencia de una costumbre Judía muy arraigada a lo largo de los siglos.  Esta forma de violentar el contexto de los mitos y relatos previos es patente en la evolución del concepto de la serpiente del Génesis. Cuando se leen sin preconcepciones todos los relatos se llega rápidamente a la conclusión de que tal texto es sólo un mito de creación con animales que hablan... idea común en todas las religiones tribales del mundo.

Analicemos los siguientes textos:

1Empero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo á la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?
2 Y la mujer respondió á la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto comemos;
3 Mas del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, porque no muráis. 
4 Entonces la serpiente dijo á la mujer: No moriréis;
5 Mas sabe Dios que el día que comiereis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como dioses sabiendo el bien y el mal. 

Al poner en la misma categoría la inteligencia de la serpiente y la de los demás animales, se pone en evidencia que el autor del texto se refería a una serpiente y no a un demonio.
A pesar de esto, cuando el pueblo judío fue atacado por “serpientes ardientes” en el desierto, debido a su actitud rebelde, como hemos visto Moisés (por mandato de Yahvé)  mandó erigir una serpiente de bronce y todo aquél que mirara esta figura no moría, demostrando con ello fe en el arreglo de dios.
Esta figura con el paso del tiempo se convirtió en objeto de veneración, por lo que fue destruida por el rey Ezequías.
En la antigua China, la serpiente era el símbolo de la tierra y de su constante renovación (con frecuencia era representada en bronce en el primer milenio antes de la era occidental actual); cuando los adoradores de la serpiente fueron vencidos por los indoeuropeos, ésta perdió su jerarquía y fue relacionada con el mal y lo negativo.

En la antigua religión escandinava, aparece como Nidhogg, la serpiente maligna que hostiga a Yggdrasill, el árbol del mundo; mientras tanto, en los pueblos primitivos africanos se la considera una deidad.

Para los antiguos egipcios (con los cuales tenemos ciertas connotaciones culturales) las serpientes podían ser tanto divinidades protectoras como maléficas.

Entre las protectoras se encontraban Renenutet y Uadyet. La primera era una divinidad con cabeza de serpiente a la que se vinculaba con la fertilidad y por consecuencia a las cosechas; la segunda, representada como una cobra, encarnaba el calor de la Sol, y coronaba la tiara de algunos faraones.
En su faz negativa se encontraba Apofis, la horrible serpiente del más allá.
Como bien sabes la reina Cleopatra tenía en su tocado un áspid y según cuentan las tradiciones occidentales, ella se suicidó utilizando la picadura de uno de estos animales como arma, lo que da idea  de su veneración, ya que una reina sólo puede ser muerta por un dios.
Los símbolos mesoamericanos del poder y del saber eran el águila, el jaguar y la serpiente (triada). En la civilización azteca, Quetzalcóatl (soberano legendario de México y considerado como el padre de los toltecas) era habitualmente identificado como la Serpiente Emplumada.
Originalmente era un dios de la fertilidad de la tierra, luego se lo vinculó con la estrella matutina y vespertina y posteriormente se lo transformó en el símbolo de la muerte y resurrección y en patrono de los sacerdotes.
En la religión minoica, la serpiente estaba presente por medio de una sacerdotisa-serpiente, o diosa-serpiente, cuyo culto estaba asociado a la fertilidad y al ciclo lunar y solar.
Para los griegos era el acompañante sagrado de algunos dioses: Hermes (Mercurio, en la mitología romana), mensajero de los dioses y dios del comercio (entre otros) llevaba un caduceo de oro, o varita mágica, con dos serpientes enrolladas.
A su vez, Asclepio (Esculapio), dios de la medicina llevaba una enrollada en su vara.
Ambos caduceos representan en la actualidad en las culturas occidentales el símbolo del comercio y de la medicina respectivamente.
Atenea (Minerva), Diosa de la sabiduría y de la guerra, llevaba serpientes en su égida y en su escudo, la cabeza de Medusa (seguramente para “paralizar” a sus enemigos).
En el lado negativo, Hécate, Diosa de la oscuridad y sus terrores, a menudo es representada con serpientes entrelazadas alrededor de su cuello.
En la mitología griega también se menciona a Pitón, la gran serpiente que quedó en la tierra después del Diluvio, que vivía en una gruta cerca de Delfos custodiando el oráculo.
En la actualidad son muchos los pueblos del mundo que utilizan rasgos o símbolos de serpientes para sus danzas tribales. Hay sociedades indígenas, en el Norte de América, que realizan ritos como la danza de la serpiente donde, luego de un ayuno, se preparan altares y se capturan alrededor de 50 serpientes.
Posteriormente cada uno de los participantes se coloca una serpiente en la boca y procede a bailar. Al día siguiente, cada uno de los animales es devuelto a la naturaleza como mensajeros de que los integrantes de esa tribu viven en armonía con ella.
Otra representación simbólica muy conocida es la de la serpiente mordiéndose su propia cola (uroboros).
Significa la vida indestructible, la eternidad y el eterno recomenzar de todas las cosas.
Lo cíclico, el fin de un ciclo para el comienzo de otro. En la antigüedad simbolizaba a los iniciados en los misterios.
La serpiente es símbolo del mundo subterráneo: es veneno y medicina, signo sexual (más vinculado al falo masculino) y sabiduría vital (más relacionada con la figura femenina).
Suele estar presente en los cultos de la fertilidad y en el conocimiento profundo y completo (mental, sexual, pro creativo). Por eso es normal que aparezca en muchas religiones antiguas, vinculando cielo y tierra, sobre todo como “serpiente alada”: lo más hondo, lo más alto, tan cerca de dios, como los serafines de Isaías  o el fascinante Qutzalcoatl de los mexicas y mayas como te he comentado anteriormente.
Querido nieto Altakay, hasta aquí el somero repaso en torno a la serpiente en algunas culturas, las líneas que siguen se limitan a profundizar un poco más en los mismos temas, lo que te anticipo por si se te hace demasiado extenso el contenido de estos apuntes, puedes posponer su lectura para más adelante o simplemente consultar algunos de sus apartados si en algún momento merece tu interés.
Cuando los creadores de la religión machista judía se vieron imposibilitados para desplazar la Divinidad femenina que hasta entonces ocupaba la cima del panteón, urdieron una serie mentiras en torno a la Diosa, las cuales con el transcurso del tiempo mediante brutales castigos por parte del nuevo sacerdocio en unos casos y por asunción a través del tiempo en otros fueron asumidos por el pueblo hebreo como dogmas de fe.
Es cuando menos curioso que los detentadores de la religión judeo-católica afirmen que los libros sagrados (La Biblia) es la palabra de dios, y por tanto hay que aceptarla al pie de la letra, pero al mismo tiempo cuentan con una pléyades de teólogos e “interpretadores” de las para ellos sagradas escrituras, capaces de reinterpretar los textos supuestamente sagrados y supuestamente inspirados por dios, para hacerlos coincidir con los postulados que en cada época histórica convenga divulgar al clero judeo-católico, tratando de hacernos creer que lo que dichos textos afirman tácita y  claramente que es blanco, realmente debemos creer que es negro.
 Los hebreos como he dicho adoraron a las serpientes hasta los días del rey Ezequías, en las excavaciones realizadas en Canaán, Gezer y otros lugares de las antiguas civilizaciones se han encontrado serpientes de bronce y de piedra.
Según algunos autores, la costumbre de venerar la serpiente data de 3000 antes de la era actual, cuando la estrella Alpha Draconis de la Constelación Draco era la Estrella Polar, que se consideraba muy importante para determinar el sino del hombre.
Todos estos relatos tienen el mismo esquema de los mitos en los cuales los animales hablan. Nota que aquí no se hace referencia a una naturaleza sobrenatural o espiritual (demoníaca) de la serpiente. Es claro que al compararse la inteligencia de la serpiente con la de los demás animales, se estaría incurriendo en una absurda subvaloración si ésta fuera satanás. (Sería evidente que satanás es más inteligente que cualquier animal).

El mito en su forma inicial tenía como finalidad explicar el pavor instintivo que generan los ofidios en los humanos y su curiosa forma de andar... ¿Qué mejor explicación para esto que una desobediencia de la serpiente al hacer caer en desgracia a la humanidad?

Según el mito judéo-cristiano, la humanidad aborrecería a las serpientes porque una de éstas le hizo perder su estado “natural” al hombre; de otro lado, la serpiente se arrastra por el suelo como “castigo de dios” por haber hecho desobedecer a Adán.
 
En resumen, esta fábula del libro del Génesis es un mito de origen escueto y primitivo como el de cualquier cultura aborigen de cualquier parte del mundo.

¿Y qué tiene que ver “Satanás” en todo este asunto? Un mito tan primitivo no podía resistir el paso de los tiempos sin una “remodelación”; observa el instante histórico en que se identifica a esta serpiente con “Satanás”:
 
Una pista para la “interpretación cristiana” surge en:

2 Corintios 11

3 Mas temo que como la serpiente engaño á Eva con su astucia, sean corrompidos así vuestros sentidos en alguna manera, de la simplicidad que es en Cristo.

La identificación final llega ¡en Apocalipsis!

   Apocalipsis 12

9 Y fue lanzado fuera aquel gran dragón, la serpiente antigua, que se llama Diablo y Satanás, el cual engaña á todo el mundo; fue arrojado en tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él. 

¡Solo cientos de años después de la redacción final del mito de Génesis 3, el redactor del Apocalipsis de Juan, decide identificar a Satán con la pobre serpiente de Génesis!

Es decir, para que el mito subsistiera, no podía quedarse explicando de forma tan torpe, algo tan simple como la aversión humana ante las serpientes y la forma de locomoción de éstas. Para salvarlo, había que “interpretarlo a la luz del Espíritu”; se hizo la identificación del pobre reptil (animal) con Satán (espíritu); de la Mujer (término para designar a las mujeres) con  “María” (la madre de Jesús - o con la iglesia católica, dependiendo de la secta cristiana); del hijo de la Mujer (término para representar a toda la humanidad) con  Jesús...  y así tal mito tribal pudo subsistir en épocas más modernas.

No obstante, es claro que el sentido y el contexto mismo del relato de Génesis impide de forma contundente cualquier intento de identificar a la serpiente con “el diablo”.

Es sólo otro ejemplo de cómo los mitos religiosos Evolucionan con el tiempo.”
India.
Naga Pachami. Es un día elegido para venerar el naga (serpientes sagradas) y orar para la protección de la inundación y otros temas compras  relacionados del agua. Este día se honora Nagas, los dioses de serpiente, que en Nepal se asocia con la lluvia. La fiesta honora una victoria antigua de un rey, que era también un maestro de Tantra, sobre nagas, que había ocultado a la lluvia. El rey forzó su sumisión echando encantos mágicos sobre ellos.
El culto de Nagas en este día, asegura que no habrá sequía. Los nepaleses compran las pinturas de Naga del tenderete de la calle el día antes y por la mañana de Naga Panchami pegan éstas encima de sus puertas. Entonces ellos realizan un puja (culto) pequeño y salen con alimento que ofrece en el patio y los arrozales para las serpientes.
Considero un dato de cierto interés lingüístico destacar que en los primeros documentos europeos (Datas) relativos al menceyato de Anaga, Chinech (Tenerife) se recoge este topónimo como: NAGA, la “a” le fue añadida bastante más tarde.
La serpiente Arco Iris.
Para indicar ahora algunos de los aspectos del simbolismo de la Serpiente Arco Iris podríamos decir que es uno de los más importantes en toda la geografía continental de los aborígenes de Australia. Dicho simbolismo está conectado muy directamente con aquello a lo que nos referíamos sobre a los puntos de vista más profundos del Uluru, por lo cual intentaremos demostrar mediante este ejemplo, que los mitos relacionados, en tanto que  entendidos dentro de algún culteranismo, pierden gran parte de su verdadero sentido en cuanto se haga abstracción de los datos tradicionales o del simbolismo que les precede.
Efectivamente, aquí puede observarse que las variantes de un mismo tema obedecen más a una superposición de sentidos (que siguen manteniendo una unidad esencial) antes que al producto de “diferencias tribales” como suele decirse, ya que no hay oposición alguna entre las diversas imágenes, nombres y atributos que en sí misma conlleva la gran Serpiente y que, por otro lado, los completa. Así, por ejemplo, que la familia pitjantatjara narre respecto de Wanambi (la más poderosa serpiente arco iris que reside en Uluru) ser de naturaleza “inactiva” puesto que durante el tiempo de los sueños no participó en las formaciones “del paisaje” y tampoco se transformó en ninguna forma visible al final de dicho ciclo primigenio (manteniendo siempre su forma original) no contradice esencialmente lo que, por otro lado, narran los aranda o los gunwinggu quienes denominan a la Serpiente como kabul y ngalyod respectivamente, y afirmando en cambio su naturaleza “activa”. Estos son algunos ejemplos de una correcta operación de analogía inversa, ya que la Serpiente Arco Iris posee doble naturaleza y sus incontables nombres y atributos, como decíamos, corresponden de acuerdo al punto de vista con que se encare al principio que representa, ya sea en su principal aspecto ingénito, ya en aquellas variantes secundarias que toman su aspecto genitor. 
Otra de las cuestiones relacionadas que se tiende a desvirtuar casi completamente, se refiere a la condición operativa de las narraciones orales y cantadas. Resulta muy común el hecho de clasificar a estas bajo el rótulo de “mitología” en aquel sentido del cultismo o de la interpretación literaria. No habría inconvenientes en caso de que a tal nomenclatura se la restaure dentro de los fueros del simbolismo tradicional, pero, lamentablemente, no es el caso de la mayoría de los interpretadores quienes (salvo honrosas excepciones) ya han adoptado las diversas variaciones escolariegas o aquellas teorías elaboradas bajo una suerte de sofisticación semántica del término.
Hispania.
La Península Ibérica está colocada en una posición intermedia, de puente, podríamos decir,  entre las tendencias   religiosas que se podrían denominar  “nórdico­-solar”  indoeuropea uránica  y “la  mediterráneo- ctónico – subterránea”. 

La serpiente era, según Jean Markale, animal sagrado entre los celtas. Simboliza ante todo el conocimiento oculto y puede representar el guardián de los Tesoros ocultos en la Tierra, es decir, los grandes secretos del mundo. Parece por tanto evidente la ascendencia céltica del cuélebre asturiano.

En relación a la Península Ibérica, sabemos en primer lugar de la existencia de la teoría de un culto ofiolátrico en la protohistoria peninsular  y hallamos a la serpiente en los  supuestos cultos celtas del Noroeste (Galicia y región del Miño), cultos conocidos sobre todo hace ya bastantes años  por los estudios de Bouza Brey y López Cuevillas, que apoyaban  una coincidencia  entre las creencias del pueblo celta “invasor”de Galicia  y el invadido; es decir, que el culto a la serpiente en Hispania debió ser  anterior a la  posible  llegada de los sefes celtas y, tal vez, autóctono.
Es interesante  también el trabajo de Bouza-Brey,  sobre  Os saefes, os cempsos e a ofiolatría en Galicia,  donde hace un repaso sobre todos los vestigios de lo que él considera un  antiguo culto a las serpientes en la Galicia prerromana  y de las leyendas que hoy en día existen sobre ellas.
Querido Altakay, la historiografía en torno a los mitos de las serpientes ciertamente extensa ya que están presentes en todas las culturas y en todos los tiempos, espero que estas breves notas sastifagan tu curiosidad, de no ser así házmelo saber y con mucho gusto continuaremos ahondando en el tema.
*Guayre Adarguma Anez’ Ran n Yghasen
Fuentes consultadas:
Las máscaras de dios Mitología Occidental
Joseph Campbel.

La Serpiente y su culto en el Mediterráneo

Ana Vázquez Hoys

Noviembre de 20009
























































LAS SERPIENTES EN EL MITO


                                             
 Guayre Adarguma*

Amado nieto Altakay:  En cuanto a tu consulta sobre el tema de las serpientes en sus aspectos simbólicos y espirituales pienso que es una cuestión que habitualmente no es bien conocida en la denominada cultura occidental, y mucho menos en la que se desarrolla en nuestro entorno geográfico por razones obvias.

Como te dije anteriormente, es posible que alguna especie de estos ofidios hayan arribado a nuestro archipiélago, especialmente a las islas más orientales en balsas de vegetación hace ocho o diez mil años cuando el Sahara era una inmensa sabana y sus ríos desembocaban en la costa del continente a poca distancia de nuestras islas.

También es posible que hayan arribado con el equipaje de algunos de los varios contingentes de población llegados a las islas desde hace más de tres mil años (extremo éste no muy aceptado por la “ciencia” oficial y oficialista.) Su extinción en nuestras islas, al igual que la de algunos roedores y lagartos gigantes cuya existencia están debidamente documentadas, es posible que se deba algún cambio climático brusco, erupciones volcánicas etc., o lo que es más probable, que debido a las hambrunas que cíclicamente azotan a nuestra Matria, estas especies fueran perseguidas, cazadas y consumidas hasta su total extinción.

(Marín de Cubas no habla de las apariciones de las Tibisenas en figuras de pavos y otros animales domésticos supuestamente desconocidos para los antiguos canarios)

En todo caso, hasta la fecha la paleontología no ha registrado hallazgos de fósiles de serpientes en el archipiélago.

Concretándonos un poco más en  tu consulta veamos: Con la pérdida de la confianza en los sistemas religiosos denominados mayoritarios el ser humano ha quedado suspendido de forma momentánea en un abismo, huerto de los mitos que daban significado a la existencia. Rodeado por un mundo mecánico, que les es cómodo pero a la vez hostil, ha emprendido un camino de búsqueda: se ha convertido en un buscador.

Este nuevo marco espiritual que anhela es el de un mundo renovado y sin dogmas, que rescata lo más autentico de las antiguas religiones y a la vez abrirse a la inocencia de la existencia, aspirando a una cosmovisión en la que pueda danzar con el resto de la creación.

Estos aspectos de la espiritualidad que se nos ha hecho olvidar por las imposiciones dogmáticas de determinadas religiones, se niegan a desaparecer de nuestro intelecto y se han acomodado en nuestros genes, de ahí que muchos seres humanos al vernos obligados a asumir unos planteamientos espirituales, morales y religiosos impuestos la más de las veces por la fuerza y no mediante la aceptación libre por el razonamiento y la comprensión de los dogmas predicados, hace que nos sintamos espiritualmente huérfanos, o como hijos adoptados, lo cual en nuestro fuero interno nos induce a buscar incansablemente a nuestra madre “biológica” como único medio de sentirnos plenamente realizados como seres humanos, consiguiendo así la estabilidad emocional, psicológica y espiritual que nos permita estar en armonía con nuestros próximos y con el universo.

Desde que el hombre tomó conciencia de su capacidad de raciocino-querido nieto-, ha sentido una inevitable fascinación por las serpientes convirtiéndolas en objeto de veneración o demonificándolas, en todo caso nunca ha le ha sido indiferente. Al observar la vida de este singular reptil y ver como adquiere nueva vida en la primavera- como el resto de la naturaleza-, cambiando completamente su piel todos los años, se asoció a la serpiente las ideas de sabiduría, rejuvenecimiento, fertilidad, salud y prosperidad.

Si te parece bien vamos a dar un somero repaso en torno a algunas culturas que de una manera u otra han prestado especial interés hacía estos ofidios.

Como sabes, la serpiente es uno de los animales preferidos por su simbolismo, apareciendo en todas las religiones y civilizaciones, ya sea en forma benigna o maligna, dependiendo la concepción que de la misma tenga la religión predominante en cada pueblo y en cada época histórica. En casi todas su simbolismo tiene que ver con la regeneración, la vida y la muerte, hecho que se asocia como te he dicho con la muda permanente de su piel, como cambiando el "envase" pero no la esencia.

El estudio de la serpiente como animal "religioso” me hizo llegar a la conclusión de que al estudiar la Historia de las Religiones era necesario profundizar en el estudio de los pequeños animales que suelen acompañar a los dioses, en la sospecha de que, aunque el nombre la divinidad cambie, a través de las culturas, los animales que las acompañan o cuya forma adoptan, completa o fragmentariamente, pueden darnos la “pista” de la continuidad o no de las funciones sobrehumanas de las divinidades que esos animales suelen representar.

En estas notas por razón espacio no pueda darte una relación exhaustiva de todas las divinidades que conocemos relacionadas con las serpientes, tanto en el mundo clásico europeo como en el ámbito del Próximo Oriente y Egipto, África, Asia y América, por ello me limitare a facilitarte alguna notas en torno a las culturas más significativas.

Parece que este animal lo significa todo, tanto la vida como la muerte. Y el ouruboros o serpiente que se muerde la cola haciendo un círculo, como  devorándose, acción que implica la renovación incesante del ser cósmico que se nutre de sí mismo, es el símbolo del Universo o la eternidad , con un sentido cósmico originario, según Deonna, de Oriente.

Veamos lo que en relación al caduceo nos dice la investigadora Estelle Nora Harwit Amrami: “El caduceo es uno de los símbolos más antiguos. Se podría conocer mejor este símbolo como la estructura del ADN y la sanación usada por la profesión médica.

Desde la antigua Mesopotamia, el caduceo presentó dos serpientes entrelazadas (el sistema nervioso central) alrededor de un bastón (la espina dorsal) con las alas (el “cisne”) en ambos lados (los dos hemisferios del cerebro, con el círculo en el centro que representa la glándula pineal, o la Sol central y centro psíquico interior). También simbolizó la energía del kundalini.

Éste era originalmente el símbolo para el creador dios Anunnaki-Sirio, EA, o EN.KI (quién se ha vuelto un Arquetipo), quien era el jefe de los magos, “aquel que sabe,” e infame por ser la serpiente del Jardín de Edén que creó  formas de vida en tubos de probeta hace un millón de años junto con su media hermana Ninharsag, a sugerencia de su hijo, Marduk, de crear a los humanos para ser los obreros de los dioses. (El símbolo también está basado en el globo alado representando el planeta Nibiru, el símbolo de la familia real Anunnaki.)

Por suerte, la herencia del caduceo se mantuvo viva. En algunas versiones el bastón es representado con un disco solar o incluso con una luna creciente. Nisaba, una de las hijas de Enki, también sostuvo a un bastón similar cubierto con un “ankh”(cruz egipcia). Para algunos, el bastón simbolizó a Hermes/Mercurio.

Para quien estuviera familiarizado con las tradiciones de la Diosa de los mundos primitivo, antiguo y oriental, reconocerá equivalente bíblicos, sin lugar a dudas. Sin embargo, no son pocas las transformaciones que sufrieron estos relatos, alterándose en muchos casos el significado original. Por ejemplo, en el episodio de Eva y el árbol, nada se dice respecto a que la serpiente que se le apareció y le habló era una deidad con derecho propio, que había sido adorada en Levante algo así como unos siete mil años antes de la composición del libro del Génesis. En el museo del Louvre hay un jarrón fechado alrededor del 2025 a.e.a. que se corresponde con una manifestación sumeria tardía de este consorte de la Diosa , que llevaba el nombre de Ningizzida, “Señor del árbol de la verdad”. En esta pieza, se observan también dos dragones alados (leones-pájaros) y dos serpientes copulando, entrelazadas en una vara a la manera del caduceo del dios griego del conocimiento y el renacimiento, Hermes.
Como te he dicho anteriormente, incluso en la Biblia aparece este juicio: “ Moisés hizo una serpiente de bronce y la colocó sobre el polo. Y cuando una serpiente atacaba a un hombre, sí éste contemplaba la serpiente metálica, no moría”.
Según Hernán Toro: “La reinterpretación de Mitos previos para hacerlos casar con textos y conceptos más recientes es la herencia de una costumbre Judía muy arraigada a lo largo de los siglos.  Esta forma de violentar el contexto de los mitos y relatos previos es patente en la evolución del concepto de la serpiente del Génesis. Cuando se leen sin preconcepciones todos los relatos se llega rápidamente a la conclusión de que tal texto es sólo un mito de creación con animales que hablan... idea común en todas las religiones tribales del mundo.

Analicemos los siguientes textos:

1Empero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo á la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?
2 Y la mujer respondió á la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto comemos;
3 Mas del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, porque no muráis. 
4 Entonces la serpiente dijo á la mujer: No moriréis;
5 Mas sabe Dios que el día que comiereis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como dioses sabiendo el bien y el mal. 

Al poner en la misma categoría la inteligencia de la serpiente y la de los demás animales, se pone en evidencia que el autor del texto se refería a una serpiente y no a un demonio.
A pesar de esto, cuando el pueblo judío fue atacado por “serpientes ardientes” en el desierto, debido a su actitud rebelde, como hemos visto Moisés (por mandato de Yahvé)  mandó erigir una serpiente de bronce y todo aquél que mirara esta figura no moría, demostrando con ello fe en el arreglo de dios.
Esta figura con el paso del tiempo se convirtió en objeto de veneración, por lo que fue destruida por el rey Ezequías.
En la antigua China, la serpiente era el símbolo de la tierra y de su constante renovación (con frecuencia era representada en bronce en el primer milenio antes de la era occidental actual); cuando los adoradores de la serpiente fueron vencidos por los indoeuropeos, ésta perdió su jerarquía y fue relacionada con el mal y lo negativo.

En la antigua religión escandinava, aparece como Nidhogg, la serpiente maligna que hostiga a Yggdrasill, el árbol del mundo; mientras tanto, en los pueblos primitivos africanos se la considera una deidad.

Para los antiguos egipcios (con los cuales tenemos ciertas connotaciones culturales) las serpientes podían ser tanto divinidades protectoras como maléficas.

Entre las protectoras se encontraban Renenutet y Uadyet. La primera era una divinidad con cabeza de serpiente a la que se vinculaba con la fertilidad y por consecuencia a las cosechas; la segunda, representada como una cobra, encarnaba el calor de la Sol, y coronaba la tiara de algunos faraones.
En su faz negativa se encontraba Apofis, la horrible serpiente del más allá.
Como bien sabes la reina Cleopatra tenía en su tocado un áspid y según cuentan las tradiciones occidentales, ella se suicidó utilizando la picadura de uno de estos animales como arma, lo que da idea  de su veneración, ya que una reina sólo puede ser muerta por un dios.
Los símbolos mesoamericanos del poder y del saber eran el águila, el jaguar y la serpiente (triada). En la civilización azteca, Quetzalcóatl (soberano legendario de México y considerado como el padre de los toltecas) era habitualmente identificado como la Serpiente Emplumada.
Originalmente era un dios de la fertilidad de la tierra, luego se lo vinculó con la estrella matutina y vespertina y posteriormente se lo transformó en el símbolo de la muerte y resurrección y en patrono de los sacerdotes.
En la religión minoica, la serpiente estaba presente por medio de una sacerdotisa-serpiente, o diosa-serpiente, cuyo culto estaba asociado a la fertilidad y al ciclo lunar y solar.
Para los griegos era el acompañante sagrado de algunos dioses: Hermes (Mercurio, en la mitología romana), mensajero de los dioses y dios del comercio (entre otros) llevaba un caduceo de oro, o varita mágica, con dos serpientes enrolladas.
A su vez, Asclepio (Esculapio), dios de la medicina llevaba una enrollada en su vara.
Ambos caduceos representan en la actualidad en las culturas occidentales el símbolo del comercio y de la medicina respectivamente.
Atenea (Minerva), Diosa de la sabiduría y de la guerra, llevaba serpientes en su égida y en su escudo, la cabeza de Medusa (seguramente para “paralizar” a sus enemigos).
En el lado negativo, Hécate, Diosa de la oscuridad y sus terrores, a menudo es representada con serpientes entrelazadas alrededor de su cuello.
En la mitología griega también se menciona a Pitón, la gran serpiente que quedó en la tierra después del Diluvio, que vivía en una gruta cerca de Delfos custodiando el oráculo.
En la actualidad son muchos los pueblos del mundo que utilizan rasgos o símbolos de serpientes para sus danzas tribales. Hay sociedades indígenas, en el Norte de América, que realizan ritos como la danza de la serpiente donde, luego de un ayuno, se preparan altares y se capturan alrededor de 50 serpientes.
Posteriormente cada uno de los participantes se coloca una serpiente en la boca y procede a bailar. Al día siguiente, cada uno de los animales es devuelto a la naturaleza como mensajeros de que los integrantes de esa tribu viven en armonía con ella.
Otra representación simbólica muy conocida es la de la serpiente mordiéndose su propia cola (uroboros).
Significa la vida indestructible, la eternidad y el eterno recomenzar de todas las cosas.
Lo cíclico, el fin de un ciclo para el comienzo de otro. En la antigüedad simbolizaba a los iniciados en los misterios.
La serpiente es símbolo del mundo subterráneo: es veneno y medicina, signo sexual (más vinculado al falo masculino) y sabiduría vital (más relacionada con la figura femenina).
Suele estar presente en los cultos de la fertilidad y en el conocimiento profundo y completo (mental, sexual, pro creativo). Por eso es normal que aparezca en muchas religiones antiguas, vinculando cielo y tierra, sobre todo como “serpiente alada”: lo más hondo, lo más alto, tan cerca de dios, como los serafines de Isaías  o el fascinante Qutzalcoatl de los mexicas y mayas como te he comentado anteriormente.
Querido nieto Altakay, hasta aquí el somero repaso en torno a la serpiente en algunas culturas, las líneas que siguen se limitan a profundizar un poco más en los mismos temas, lo que te anticipo por si se te hace demasiado extenso el contenido de estos apuntes, puedes posponer su lectura para más adelante o simplemente consultar algunos de sus apartados si en algún momento merece tu interés.
Cuando los creadores de la religión machista judía se vieron imposibilitados para desplazar la Divinidad femenina que hasta entonces ocupaba la cima del panteón, urdieron una serie mentiras en torno a la Diosa, las cuales con el transcurso del tiempo mediante brutales castigos por parte del nuevo sacerdocio en unos casos y por asunción a través del tiempo en otros fueron asumidos por el pueblo hebreo como dogmas de fe.
Es cuando menos curioso que los detentadores de la religión judeo-católica afirmen que los libros sagrados (La Biblia) es la palabra de dios, y por tanto hay que aceptarla al pie de la letra, pero al mismo tiempo cuentan con una pléyades de teólogos e “interpretadores” de las para ellos sagradas escrituras, capaces de reinterpretar los textos supuestamente sagrados y supuestamente inspirados por dios, para hacerlos coincidir con los postulados que en cada época histórica convenga divulgar al clero judeo-católico, tratando de hacernos creer que lo que dichos textos afirman tácita y  claramente que es blanco, realmente debemos creer que es negro.
 Los hebreos como he dicho adoraron a las serpientes hasta los días del rey Ezequías, en las excavaciones realizadas en Canaán, Gezer y otros lugares de las antiguas civilizaciones se han encontrado serpientes de bronce y de piedra.
Según algunos autores, la costumbre de venerar la serpiente data de 3000 antes de la era actual, cuando la estrella Alpha Draconis de la Constelación Draco era la Estrella Polar, que se consideraba muy importante para determinar el sino del hombre.
Todos estos relatos tienen el mismo esquema de los mitos en los cuales los animales hablan. Nota que aquí no se hace referencia a una naturaleza sobrenatural o espiritual (demoníaca) de la serpiente. Es claro que al compararse la inteligencia de la serpiente con la de los demás animales, se estaría incurriendo en una absurda subvaloración si ésta fuera satanás. (Sería evidente que satanás es más inteligente que cualquier animal).

El mito en su forma inicial tenía como finalidad explicar el pavor instintivo que generan los ofidios en los humanos y su curiosa forma de andar... ¿Qué mejor explicación para esto que una desobediencia de la serpiente al hacer caer en desgracia a la humanidad?

Según el mito judéo-cristiano, la humanidad aborrecería a las serpientes porque una de éstas le hizo perder su estado “natural” al hombre; de otro lado, la serpiente se arrastra por el suelo como “castigo de dios” por haber hecho desobedecer a Adán.
 
En resumen, esta fábula del libro del Génesis es un mito de origen escueto y primitivo como el de cualquier cultura aborigen de cualquier parte del mundo.

¿Y qué tiene que ver “Satanás” en todo este asunto? Un mito tan primitivo no podía resistir el paso de los tiempos sin una “remodelación”; observa el instante histórico en que se identifica a esta serpiente con “Satanás”:
 
Una pista para la “interpretación cristiana” surge en:

2 Corintios 11

3 Mas temo que como la serpiente engaño á Eva con su astucia, sean corrompidos así vuestros sentidos en alguna manera, de la simplicidad que es en Cristo.

La identificación final llega ¡en Apocalipsis!

   Apocalipsis 12

9 Y fue lanzado fuera aquel gran dragón, la serpiente antigua, que se llama Diablo y Satanás, el cual engaña á todo el mundo; fue arrojado en tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él. 

¡Solo cientos de años después de la redacción final del mito de Génesis 3, el redactor del Apocalipsis de Juan, decide identificar a Satán con la pobre serpiente de Génesis!

Es decir, para que el mito subsistiera, no podía quedarse explicando de forma tan torpe, algo tan simple como la aversión humana ante las serpientes y la forma de locomoción de éstas. Para salvarlo, había que “interpretarlo a la luz del Espíritu”; se hizo la identificación del pobre reptil (animal) con Satán (espíritu); de la Mujer (término para designar a las mujeres) con  “María” (la madre de Jesús - o con la iglesia católica, dependiendo de la secta cristiana); del hijo de la Mujer (término para representar a toda la humanidad) con  Jesús...  y así tal mito tribal pudo subsistir en épocas más modernas.

No obstante, es claro que el sentido y el contexto mismo del relato de Génesis impide de forma contundente cualquier intento de identificar a la serpiente con “el diablo”.

Es sólo otro ejemplo de cómo los mitos religiosos Evolucionan con el tiempo.”
India.
Naga Pachami. Es un día elegido para venerar el naga (serpientes sagradas) y orar para la protección de la inundación y otros temas compras  relacionados del agua. Este día se honora Nagas, los dioses de serpiente, que en Nepal se asocia con la lluvia. La fiesta honora una victoria antigua de un rey, que era también un maestro de Tantra, sobre nagas, que había ocultado a la lluvia. El rey forzó su sumisión echando encantos mágicos sobre ellos.
El culto de Nagas en este día, asegura que no habrá sequía. Los nepaleses compran las pinturas de Naga del tenderete de la calle el día antes y por la mañana de Naga Panchami pegan éstas encima de sus puertas. Entonces ellos realizan un puja (culto) pequeño y salen con alimento que ofrece en el patio y los arrozales para las serpientes.
Considero un dato de cierto interés lingüístico destacar que en los primeros documentos europeos (Datas) relativos al menceyato de Anaga, Chinech (Tenerife) se recoge este topónimo como: NAGA, la “a” le fue añadida bastante más tarde.
La serpiente Arco Iris.
Para indicar ahora algunos de los aspectos del simbolismo de la Serpiente Arco Iris podríamos decir que es uno de los más importantes en toda la geografía continental de los aborígenes de Australia. Dicho simbolismo está conectado muy directamente con aquello a lo que nos referíamos sobre a los puntos de vista más profundos del Uluru, por lo cual intentaremos demostrar mediante este ejemplo, que los mitos relacionados, en tanto que  entendidos dentro de algún culteranismo, pierden gran parte de su verdadero sentido en cuanto se haga abstracción de los datos tradicionales o del simbolismo que les precede.
Efectivamente, aquí puede observarse que las variantes de un mismo tema obedecen más a una superposición de sentidos (que siguen manteniendo una unidad esencial) antes que al producto de “diferencias tribales” como suele decirse, ya que no hay oposición alguna entre las diversas imágenes, nombres y atributos que en sí misma conlleva la gran Serpiente y que, por otro lado, los completa. Así, por ejemplo, que la familia pitjantatjara narre respecto de Wanambi (la más poderosa serpiente arco iris que reside en Uluru) ser de naturaleza “inactiva” puesto que durante el tiempo de los sueños no participó en las formaciones “del paisaje” y tampoco se transformó en ninguna forma visible al final de dicho ciclo primigenio (manteniendo siempre su forma original) no contradice esencialmente lo que, por otro lado, narran los aranda o los gunwinggu quienes denominan a la Serpiente como kabul y ngalyod respectivamente, y afirmando en cambio su naturaleza “activa”. Estos son algunos ejemplos de una correcta operación de analogía inversa, ya que la Serpiente Arco Iris posee doble naturaleza y sus incontables nombres y atributos, como decíamos, corresponden de acuerdo al punto de vista con que se encare al principio que representa, ya sea en su principal aspecto ingénito, ya en aquellas variantes secundarias que toman su aspecto genitor. 
Otra de las cuestiones relacionadas que se tiende a desvirtuar casi completamente, se refiere a la condición operativa de las narraciones orales y cantadas. Resulta muy común el hecho de clasificar a estas bajo el rótulo de “mitología” en aquel sentido del cultismo o de la interpretación literaria. No habría inconvenientes en caso de que a tal nomenclatura se la restaure dentro de los fueros del simbolismo tradicional, pero, lamentablemente, no es el caso de la mayoría de los interpretadores quienes (salvo honrosas excepciones) ya han adoptado las diversas variaciones escolariegas o aquellas teorías elaboradas bajo una suerte de sofisticación semántica del término.
Hispania.
La Península Ibérica está colocada en una posición intermedia, de puente, podríamos decir,  entre las tendencias   religiosas que se podrían denominar  “nórdico­-solar”  indoeuropea uránica  y “la  mediterráneo- ctónico – subterránea”. 

La serpiente era, según Jean Markale, animal sagrado entre los celtas. Simboliza ante todo el conocimiento oculto y puede representar el guardián de los Tesoros ocultos en la Tierra, es decir, los grandes secretos del mundo. Parece por tanto evidente la ascendencia céltica del cuélebre asturiano.

En relación a la Península Ibérica, sabemos en primer lugar de la existencia de la teoría de un culto ofiolátrico en la protohistoria peninsular  y hallamos a la serpiente en los  supuestos cultos celtas del Noroeste (Galicia y región del Miño), cultos conocidos sobre todo hace ya bastantes años  por los estudios de Bouza Brey y López Cuevillas, que apoyaban  una coincidencia  entre las creencias del pueblo celta “invasor”de Galicia  y el invadido; es decir, que el culto a la serpiente en Hispania debió ser  anterior a la  posible  llegada de los sefes celtas y, tal vez, autóctono.
Es interesante  también el trabajo de Bouza-Brey,  sobre  Os saefes, os cempsos e a ofiolatría en Galicia,  donde hace un repaso sobre todos los vestigios de lo que él considera un  antiguo culto a las serpientes en la Galicia prerromana  y de las leyendas que hoy en día existen sobre ellas.
Querido Altakay, la historiografía en torno a los mitos de las serpientes ciertamente extensa ya que están presentes en todas las culturas y en todos los tiempos, espero que estas breves notas sastifagan tu curiosidad, de no ser así házmelo saber y con mucho gusto continuaremos ahondando en el tema.
*Guayre Adarguma Anez’ Ran n Yghasen
Fuentes consultadas:
Las máscaras de dios Mitología Occidental
Joseph Campbel.

La Serpiente y su culto en el Mediterráneo

Ana Vázquez Hoys

Noviembre de 20009